¿Qué nos preocupa?

En nuestra comunidad las situaciones generadas por el uso y abuso de drogas han evolucionado de forma significativa en estos últimos años  al igual  que la sociedad donde estos consumos se desarrollan. Desde el análisis de los datos sobre uso de drogas de la  encuesta domiciliaria del año 2007-2008 se observa que, si bien hay un cierto estancamiento en las prevalencias en algunas drogas de tipo ilegal, en los últimos años se ha extendido el uso compulsivo de alcohol en fines de semana y expandido el uso de cannabis y cocaína, variando de forma importante los patrones y las formas de consumo. Han descendido las edades de inicio en su experimentación y la disminución de la percepción de riesgo de su uso. Y desde el análisis del discurso social se puede apreciar como el uso de drogas está integrado casi de manera normalizada en nuestra sociedad.

Es por ello que los jóvenes de hoy en día se encuentran con situaciones muy diferentes a las de épocas anteriores, que determinan sus comportamientos y actitudes y que les obliga a tener que tomar decisiones sobre el uso de drogas, a saber gestionar sus riesgos.

Se podría interpretar que los jóvenes no tienen información sobre las sustancias, o desconocen sus efectos,  pero nada más lejos de la realidad. La reflexión de los resultados de la encuesta escolar ESTUDES 2008 nos indican que en la franja clave de edad 14 – 18 años, edad de primeras decisiones, no hay que «informar más sobre drogas», hay que informar mejor.

La evaluación del II Plan Canario sobre drogas (2009) desde el análisis detallado de lo realizado en prevención refleja la gran heterogeneidad en las actuaciones en el ámbito educativo y de ocio y tiempo libre y nos orienta desde el III Plan Canario (2010-2018) a establecer líneas de actuación en la búsqueda de una mayor coordinación y efectividad de las acciones en todos los ámbitos preventivos.

En el momento actual y a tenor de las nuevas realidades parece más conveniente que la prevención de drogodependencias se plantee con el objetivo de educar en las adecuadas capacidades de afrontamiento de las situaciones de consumo con las que inevitablemente se van a encontrar nuestros jóvenes , especialmente entre los 14 y 20 años , de forma que vayan adoptado las actitudes y desarrollando un estilo de vida saludable y no consumista. Situaciones que son en su mayoría grupales donde la presencia de los iguales es determinante en su toma de decisiones, siendo por ello necesario ampliar y reconsiderar los ámbitos y priorizar los agente sociales que deben de intervenir en la prevención .